España impuso su idea y venció a Croacia en los octavos de la Euro
- juancruzmartinez99
- 28 jun 2021
- 7 Min. de lectura
Actualizado: 1 jul 2021
En un tremendo partido, la selección de Luis Enrique derrotó por 5 a 3 al combinado de Dalic en el Parken Stadium de Copenhague. Ahora, espera por el ganador de Francia-Suiza.

España y Croacia. Dos países que son habituales en las fases finales de cualquier deporte. A menos de un mes para los Juegos Olímpicos de Tokio, son moneda corriente ver a sus combinados en los primeros puestos en Básquet o Balonmano, por nombrar solo dos disciplinas. Hoy, el fútbol los cruzó en Copenhague, para definir uno de los cruces de octavos de final de la Eurocopa. Y, como de costumbre, no decepcionaron.
A priori, el panorama presentaba un equipo español con el mayor porcentaje de posesión de toda la Euro, con un promedio del 61% por partido, y siendo una de las selecciones que más remató al arco rival, con 15 remates por encuentro (6 dentro de los tres postes). Así las cosas, Luis Enrique no cambió su libreto. Sí, realizó dos cambios respecto a la última presentación frente a Eslovaquia (victoria 5-0): Ferrán Torres por Moreno, en el ataque, y, una sorpresa, José Gayá por Jordi Alba en el lateral izquierdo de la defensa. Después, mantuvo inmutable el 4-3-3, con ese triángulo en el medio -Koke, Busquets, Pedri-, por donde, según el DT español, pasaría la clave del partido.
Por su parte, Zlatko Dalic presentó el mismo dibujo táctico, pero con algunas claras variantes estratégicas. A la hora de defender, los extremos Vlasic y Rebic se unían al mediocampo para formar un 4-2-3-1, con el tándem Kovacic-Brozovic en el eje y Modric más adelantado para manejar una posible presión a la salida de España. Posible, porque el conjunto croata esperaba ordenado en mitad de cancha, a la espera de un error del equipo, hoy, de blanco. Algo que llegaría, más adelante.
Así, los primeros minutos se vio lo que se presagiaba. España con el manejo de la pelota, Croacia expectante en su campo. A la hora de la salida desde el fondo, “La Roja” ubicaba a Azpilicueta, lateral derecho, como tercer central (junto a García y Laporte) y a Gayá abierto, casi, como extremo izquierdo. Busquets eje del medio, Koke y Pedri a distintas alturas para poder profundizar, Ferrán Torres abierto por la derecha para ganar en el uno contra uno y Sarabia en el intervalo entre lateral y central derecho de la defensa croata, para dejar ese espacio al “tres” del Valencia.
De esta manera, el conjunto de Luis Enrique era superior, y, antes de los veinte minutos, ya había generado tres claras ocasiones de gol: una de Sarabia, que se fue por el costado derecho del arco croata, un remate de Koke, que tapó de gran manera Livakovic, y otra de Morata que no pudo cabecear de la mejor forma. Para esto, era clave el juego rápido del mediocentro del Barcelona. Busquets, a pesar de ser encerrado por el medio croata (hacían una especie de cajón en forma de rombo alrededor del “cinco”), fue el enlace fundamental para progresar en campo rival, con sus pases en profundidad y entrelíneas para Pedri o Koke.
Aun así, el fútbol tiene esos imprevistos sin explicación. A los 20 minutos de la primera parte, Unai Simón no supo controlar un pase atrás de Pedri y la pelota entró pidiendo permiso al arco español. Croacia estaba arriba en el marcador sin patear al arco. Incluso, casi sin cruzar la línea de mitad de cancha. El gol cayó como anillo al dedo para “los ajedrezados”, y como un balde de agua fría para los españoles.
Además, el equipo de Dalic encontró en Modric un bastión clave. El jugador del Real Madrid aportó su inteligencia y tranquilidad para empezar a tener el control del balón, y del juego, al encontrar los espacios para saltar la presión rival. España entró en un bache, ganó en imprecisiones y en apuro en jugadas que pedían otra cosa. Por diez minutos, se jugó como quiso Croacia, que ganaba la batalla táctica. Esa que, con dos tendencias bien marcadas (uno que propone, otro que espera) divide aguas en el mundo del fútbol, donde todo es válido.
Sin embargo, no duró mucho. Cuando el desarrollo parecía entrar en una meseta, España llegó al empate. Como no podía ser de otra manera para el momento del juego, luego de una jugada llena de rebotes, la pelota quedó boyando en el centro del área para que Sarabia la mandara a guardar. A los 37 minutos, todo estaba igualado. Y así se fue la primera mitad del partido.
La segunda parte comenzó con el mismo guion. España, con el empujón anímico del empate al cierre del primer tiempo, siguió con su plan. En el cual, como se sabe, tienen gran influencia los laterales. A los once minutos, Azpilicueta sorprendió en el área de Livakovic, tras un centro de Torres, y mandó la pelota al fondo de la red para poner el 2 a 1. Así, la responsabilidad cayó en las espaldas croatas.
Croacia comenzó a empujar. España se metía -más por el ímpetu del rival que por iniciativa propia- en su campo. Sin perder su identidad, ya que nunca dejó de lado las ganas de mantener la posesión de la pelota, hasta con alguna que otra complicación con los pases al arquero. En una situación clave, Unai Simón pareció reivindicarse con una enorme tapada a un remate de Gvardiol en el límite del área chica.
Y, a los 31 minutos, el equipo blanco se encontró con un regalo del cielo. Un cambio de frente cayó en pies de Ferrán Torres, quien definió solo al palo derecho del “1” contrario. ¿La defensa croata? En otra cosa (“en un cumpleaños”, como se dice ahora). A falta de poco más de quince minutos, España estaba tres-uno arriba, se veía en cuartos de final y sus hinchas comenzaban a destapar alguna bebida para festejar.
Pero, el fútbol presentó un nuevo capítulo para su historia. Con más de 75 minutos jugados, se entró en esa etapa del juego que no tiene explicación. Lejos de sistemas, estrategias y movimientos, se comienza a jugar con la cabeza y el estado de ánimo. La subcampeona del mundo sacó la experiencia contra un joven equipo español y, de un momento a otro, le dio dos cachetazos. A los 39 minutos, Orsic (reemplazó a Rebic) descontó tras una gran jugada de, cuando no, Modric. Y, cuando se jugaban 120 segundos de descuento, Mario Pasalic sorprendió en el área de Simón, cabeceó como un nueve de experiencia y puso el marcador tres a tres. Todo se iba al tiempo suplementario.
La intensidad del partido se hacía notar. Las piernas pesaban más y los espacios aparecían. Los primeros minutos, Croacia aprovechó el empujón del tiempo regular y tuvo la primera ocasión clara, pero apareció la figura de Simón, quien dejó atrás, definitivamente, lo sucedido en el primer tiempo. Después, España volvió a manejar la pelota y el equipo de Dalic estaba cada vez más cerca de su propio arco. Pero, en esos momentos, lo que define partidos es la calidad individual.
Dani Olmo, quien reemplazó a Sarabia, hizo valer su velocidad y desequilibrio por la banda derecha. A los 10 minutos, un centro del jugador del Leipzig fue a la cabeza de Morata, quien puso el cuatro a tres. Dos minutos después, otro desborde de Olmo recayó en un pase gol a Oyarzabal, para anotar el quinto tanto español de la tarde en Copenhague.
Croacia no asimiló el golpe y España mantuvo al pie de la letra su idea hasta el último segundo del encuentro, algo digno de admirar. Después, el resultado puede acompañar o no, pero lo que no se puede negar es la identidad que Luis Enrique busca imprimir en sus jugadores. Un equipo que siempre intenta cuidar, tratar bien y recuperar rápido lo más preciado de este deporte: la pelota.
Párrafo aparte para dos jugadores: Unai Simón y Álvaro Morata. Luego del error en el primer gol croata (UEFA se lo anotó a Pedri en contra), el arquero se levantó de la adversidad y tuvo dos atajadas claves en el desarrollo del partido. Por su parte, el delantero de la Juventus venía de recibir amenazas (a él y a su familia) por su bajo nivel. Primero, cumple un rol clave para el director técnico, a la hora de presionar, en fase defensiva, y cuando fija y busca espacios con la posesión del balón. Después, esta tarde se sacó la mufa, anotó y metió a su Selección en cuartos de final, cosa que no sucedía desde la Euro 2012.
SÍNTESIS DEL PARTIDO
Croacia (3): Livakovic; Juranovic, Vida, Caleta-Car, Gvardiol; Modric, Brozovic, Kovacic; Vlasic, Rebic, Petkovic DT: Zlatko Dalic.
España (5): Unai Simón; Azpilicueta, Eric García, Laporte, José Gayá; Busquets, Koke, Pedri; Ferrán Torres, Morata, Sarabia. DT: Luis Enrique.
Goles: en el primer tiempo; 20’, Pedri e/c (CRO); 37´, Pablo Sarabia (ESP). En el segundo tiempo; 11’, Cesar Azpilicueta (ESP). 31’, Ferrán Torres (ESP). 31’, Orsic (CRO). 45+2’, Pasalic (CRO). En el primer tiempo suplementario, 10’, Morata (ESP). 12’, Oyarzabal (ESP).
Cambios: en el segundo tiempo; al comenzar, Andrej Kramaric por Petkovic (CRO). 21’, Mislav Orsic por Rebic (CRO). 25’, Dani Olmo por Sarabia y Pau Torres por García (ESP). 27’, Josip Brekalo por Juranovic (CRO). 32’, Jordi Alba por Gayá y Fabián Ruiz por Koke (ESP). 33’, Ante Budimir por Kovacic y Mario Pasalic por Vlasic (CRO). 42’, Mikel Oyarzabal por Ferrán Torres. En el primer tiempo suplementario, 12’, Rodri por Busquets (ESP). En el segundo tiempo suplementario, 8’, Luka Ivanusec por Modric.
Tarjetas amarillas: en el segundo tiempo; 27’ Brozovic (CRO). 38’, Caleta-Car (CRO).
Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía).
Estadio: Parken Stadium (Copenhague).
Dani Olmo y un partido especial

Con 16 años, Dani Olmo dejó Barcelona para unirse al Dinamo Zagreb. Luego de charlas con equipos de la Premier League, su padre y su representante vieron ideal a la ciudad croata para que el joven desarrollara su potencial. Y al club, con un ambicioso proyecto para sus juveniles. Así, el "chaval" armó su bolso y aterrizó en la capital de Croacia con toda la vida por delante.
Hoy, con 24 años, es un jugador formado. Pieza clave del Red Bull Leipzig alemán, que compró su ficha a mediados de 2020 por veinte millones de euros. Sin embargo, a pesar del cambio de equipo, una parte suya quedó en Zagreb. "Es mi segunda casa", dijo en una entrevista con El Español, previo al encuentro por los octavos de final de la Euro.
Davor Suker, histórico goleador de la Selección y Presidente de la Federación croata, intentó seducirlo para que jugara para su país, pero Olmo tenía las cosas claras: "Siempre agradecí ese interés, pero mi sueño era seguir con España. Estoy donde siempre he querido estar”, admitió.
De esta manera, el partido en Copenhague era especial para el de Terrassa. Ingresó a los 25 minutos del segundo tiempo y fue un participe fundamental en el tiempo suplementario, al dar dos asistencias para los goles del triunfo español (primero en dar dos pases de gol en una prórroga). Así, España se metió en cuartos de final y Olmo vivió una jornada especial.
Comments